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Colección Patricia Phelps de Cisneros

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Adrián Balseca (Photo by David Coral)
Adrián Balseca

Adrián Balseca (Quito, 1989) es un artista que estudia las dinámicas extractivitas y sus impactos medioambientales. 

Florencia Portocarrero
Florencia Portocarrero

Florencia Portocarrero (Lima, 1981) escribe, imparte conferencias, enseña y organiza tanto exposiciones como programas públicos.

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Estela blanca: tras la huella de la “fiebre del caucho” en la Amazonía Sudamericana

Adrián Balseca, Florencia Portocarrero
Viernes, Noviembre 29, 2019
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Adrián Balseca (Quito, 1989) es un artista ecuatoriano, radicado en Quito, que trabaja en torno a las dinámicas extractivistas y sus impactos socioambientales. Desde el 2016 el artista ha emprendido varios proyectos relacionados a la explotación del Hevea brasiliensis, popularmente conocido como el árbol del caucho.

El auge de la explotación del Hevea brasiliensis en la Amazonía –también conocido como “la fiebre del caucho”– se extendió entre la segunda mitad del siglo XIX y el comienzo del siglo XX. Su apogeo fue consecuencia de la fuerte demanda de gomas para la fabricación de distintos productos manufacturados de distribución masiva, principalmente neumáticos para la industria automotriz. Por otro lado, su caída se hizo indiscutible hacia 1914, cuando con semillas tomadas de contrabando de Brasil, Gran Bretaña logró crear “jardines artificiales” de caucho en –su entonces colonia– Singapur.

La vida efímera de “la fiebre del caucho” en la Amazonía, no impidió que la actividad extractiva se expandiera aceleradamente por Brasil, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela, trayendo consecuencias devastadoras para los pueblos indígenas. En efecto, la explotación del caucho no sólo marcó el comienzo de un epistemicidio –que rompió las relaciones cosmológicas de las comunidades indígenas con la naturaleza– sino que también dio lugar a un régimen de trabajo esclavista.

Mediante una serie de proyectos que entrecruzan el objeto, la instalación y la fotografía– Adrián Balseca ha buscado visibilizar la historia de la actividad cauchera en el territorio y la vida en la Amazonía, así como lo contingente de su expansión hacía otras regiones del mundo que, como el Sudeste Asiático, comparten la condición climatológica tropical. En la siguiente conversación, el artista reflexiona sobre este caso emblemático, pero paradójicamente omitido de los recuentos oficiales, del extractivismo en la región amazónica.

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Izquierda: Dunlop 'Gold Seal 'Tyres, publicidad, 1963.
Derecha: Sin título. Edgardo González Niño, ca 1968. The Orinoco Collection—Colección Patricia Phelps de Cisneros

Florencia Portocarrero (FP): La lista de recursos naturales de la Amazonía que han sido sometidos a explotación indiscriminada para ser convertidos luego en productos globales  es larga (el oro, la madera y petróleo e incluso –el día de hoy– algunos recursos biológicos y saberes ancestrales) ¿Por qué has decidido concentrar tus esfuerzos de investigación en el caso del caucho cuyo auge tuvo lugar entre mediados del Siglo XIX y comienzos del Siglo XX?

Adrián Balseca (AB): En el 2016 comencé a trabajar alrededor del caucho porque sentí que necesitaba una distancia histórica para poder pensar la economía actual, que es la que nos atraviesa y engloba como sujetos contemporáneos. Sentí que era necesario comprehender cómo ocurrió el proceso extractivo que antecedió al petróleo para poder entender cómo se trazaron, originalmente, los caminos extractivistas del presente.

La llamada “fiebre del caucho” es una historia muy relevante para la región; y es sorprendente lo poco que se conoce acerca de este periodo en Ecuador. De hecho, varios testimonios sobre los traumas vividos por distintas comunidades indígenas que habitaron regiones amazónicas en el Ecuador, en condiciones de despojo y esclavitud, me llevaron a buscar más información. Esta investigación me permitió percibir las huellas que el paso de la economía del caucho dejó en el territorio, al mismo tiempo que entender la actual reducción de zonas ancestrales, con un ecosistema de alta biodiversidad, a bloques petroleros transnacionales.

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Izquierda: "L' Arbre seringue", ou arabe at cauchcog, François Fresneau, 1751. Tomado de François Fresneau, Seigneur de la Gataudière, Père du Caoutchouc, Chasseloup Laubat, 1942.
Derecha: Symbol of a never-ending frontier, publicidad, Goodyear, 1951.

En paralelo, me atrajo entender el recambio matérico en la elaboración de algunos bienes manufacturados, que tradicionalmente se producían con caucho natural, y que a mediados del Siglo XX comenzaron a ser elaborados masivamente con derivados del petróleo. Este dato transformó mi producción. Mi investigación antes del 2016 giraba en torno a la extracción de petróleo en Ecuador.  Entendiendo que la explotación de esta materia sigue siendo hoy la principal económica del país, giré el timón y fui tras la búsqueda del origen de lo que podríamos entender como “petrodependencia”. Mi apuesta ha sido comprender esta atadura económica a través de regresar a ver el legado extractivo que antecedió al “crudo”, para posteriormente confirmar cómo la creación del caucho sintético transformó abismalmente estas dinámicas.

FP: Hasta el momento has trabajado tres proyectos relacionados a la extracción del caucho: The Skin of Labour (2016) en la galería Madragoa en Lisboa; la investigación en torno a la explotación del caucho en el sudeste asiático durante tu residencia en el NTU CCA Singapur; Grabador Fantasma (2018) para la 14ª Bienal de Cuenca; y finalmente Estela Blanca (2019) en la Galería Ginsberg en Lima. ¿Podrías reflexionar sobre cómo tu investigación en torno al caucho ha ido creciendo y complejizándose con cada uno de estos proyectos y los desplazamientos geográficos que han implicado?

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Árbol de caucho (Hevea brasiliensis) en los alrededores del Río Caura, Venezuela. Edgardo González Niño, ca 1968. The Orinoco Collection—Colección Patricia Phelps de Cisneros.

A: Revisitar la historia del “boom del caucho”, y mirar las especificidades de cada contexto dónde dicho auge tuvo lugar, me parece fundamental para ampliar el debate sobre el lugar que ocupa la Amazonía en el mundo.  Aproximarnos a las distintas rutas extractivas que se trazaron en la región amazónica, es fundamental para entender el origen de los regímenes extractivos que vivimos en la actualidad. El arte aquí funciona en la medida que nos da “nodos de anclaje” para comprender la presencia de nuevas agendas socio-económicas. En el caso de Ecuador, me ha interesado analizar los desafíos relacionados a la urbanización acelerada, la deforestación, la presencia de empresas petroleras, la minería metálica a cielo abierto y las exploraciones de biocapitales por parte de corporaciones. 

The Skin of Labour nace como un primer trabajo que evidencia las repercusiones que la extracción de materias primas –específicamente el caucho– tuvo en la naturaleza. El punto de partida: el guante de látex, como un objeto manufacturado, creado para la industria médica en el uso quirúrgico y con una posterior incorporación durante la Segunda Revolución Industrial para contextos fabriles. Me interesaba evidenciar la abismal diferencia entre los procesos de “mejoramiento” y tecnificación del trabajo en Europa y Norte América y las relaciones esclavistas que se tejían en los fondos caucheros en la Amazonía Sudamericana para la obtención de la materia prima con la que se elaboraba estos mismos guantes. Situación que ha sido muy bien graficada en el libro The Putumayo Red Book publicado en 1913 por Thomson.  

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Adrián Balseca, Incisiones, detalle. 80 diapositivas fotografías B/N, patrones de neumáticos automotrices tallados a mano sobre corteza de árbol de caucho, 2019.

La investigación fue mutando en el tiempo, tanto en su resolución formal al momento de decantarla en una pieza, así como en las distintas estrategias que ha adoptado, las cuales han estado mayormente asociadas a los diferentes lugares y sus particularidades. Portugal, Singapur, Ecuador, Perú y ­Brasil son algunos contextos por donde han transitado.

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Izquierda: Following the Equator, publicidad. The Saturday Evening Post, Pennsylvania Balloons, 1926.
Derecha, desde arriba hacia abajo: Various Ways of Cutting, Rubber: A Wonder Story, John Martin, United States Rubber Company, 1919; Tapping India Rubber Trees, postal. Arbuckle Bros. N.Y., 1889.

FP: Me gustaría volver, por un momento, a la dinámica extractivista y el caso de los biocapitales y conocimientos ancestrales. Desde tiempos inmemoriales, los recursos biológicos y genéticos han sido considerados patrimonio de la humanidad, disponibles para el uso de cualquier persona. Esto cambió en la medida que las comunidades indígenas viviendo en areas de alta biodiversidad empezaron a sentir la presión de las industrias, principalmente alimentarias y farmacológicas, que empujaban por obtener los derechos sobre las innovaciones que desarrollaron utilizando sus recursos biológicos y genéticos. Como consecuencia, en la Cumbre de la Tierra organizada por la ONU en Río de Janeiro en 1992, se discutió por primera vez el tema de la biodiversidad y los conocimientos ancestrales. Entre los acuerdos a los que se llegaron en la cumbre destacaron tanto el reconocimiento de que las comunidades indígenas son relevantes para la conservación de la diversidad biológica planetaria; como el derecho de las mismas a participar de los beneficios económicos y comerciales del uso de sus recursos. A la luz de este debate presente, ¿cómo crees que podemos entender la historia del “descubrimiento”, explotación e industrialización del caucho?

AB: Creo que el caucho puede ser entendido como un proto biocapital. Podemos vincular, por ejemplo, el “descubrimiento” del matemático y geógrafo Charles Marie de La Condamine (1701- 1774), quién no solo fue el primer europeo en ver de primera mano los usos del látex por parte de comunidades indígenas en la Amazonía, si no también el primero –conjuntamente con el botánico François Fresneau (1703-1770)– en redactar un reporte académico botánico sobre la planta de caucho y sus posibles usos. En efecto, este reporte constituiría la base misma del conocimiento en Occidente sobre la “Hevea”, y casi 100 años después, llevaría tanto a la vulcanización del caucho como a su posterior industrialización. Hoy, la rampante búsqueda de nuevos biocapitales, que diversas investigaciones científicas privadas efectúan en la región, impulsadas por universidades, laboratorios farmacológicos y gobiernos locales, nos demuestran la maleabilidad en las agendas extractivas, que están en constante transformación, ajustándose por supuesto a las lógicas del capitalismo cognitivo global.

Por otro lado, también me parece pertinente reflexionar sobre el contrabando de las semillas del caucho, planta endémica a la Amazonía, con el fin de establecer una economía colonial y extractivista en el Sudeste Asiático. Como resultado de este “hurto”, el boom del caucho en la Amazonía se esfumó −dejando la región empobrecida− y se trasladó a Singapur, donde la extracción prosiguió hasta la Segunda Guerra Mundial, que finalmente traería consigo un “recambio matérico”. Así, desde ese momento en adelante, los objetos previamente manufacturados con caucho natural (guantes, cables, llantas, etc.) comenzaron a ser producidos con polímeros derivados del petróleo. Actualmente la economía del caucho es muy reducida. Lo increíble de toda esta historia, sin embargo, es que muchos de los territorios donde estaban los bosques caucheros en la región amazónica ecuatoriana, hoy han sido destinados a la explotación petrolera. De esta manera, las capas de historia extractivista se van acumulando.

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Adrián Balseca, Proyecto para retrato familiar (Cuji-Grefa), díptico fotográfico, 36 x 45 cm c/u, Santo Domingo de los Tsáchilas, Ecuador, 2019.

FP: Los incendios en la Amazonía ocurridos en agosto y septiembre de este año [2019] hacen evidente que el alcance de su destrucción, así como de los mundos indígenas que contiene, no tiene paralelo histórico. ¿De qué manera tu investigación en torno al episodio extractivista del caucho tiende puentes con las problemáticas contemporáneas que enfrenta la Amazonía sudamericana?

A: Es extremadamente compleja la historia socio-económica del caucho en la región, y sin duda una de las más ricas y extensas, para pensar la dimensión ambiental y política de la Amazonía hoy. Si bien es gigantesca la diferencia de los impactos medioambientales y sociales que tuvo este episodio, en relación a los diversos procesos extractivos que se viven actualmente; la historia de la extracción del caucho me resulta ejemplificadora en estos momentos cruciales para la conservación de la selva.

Creo que es clave re-politizar la idea de Amazonía. La Amazonía representa una utopía de resistencia frente a un mundo hecho a imagen y semejanza del capitalismo global. Pero hay que recordar que la Amazonía no sólo es una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta; sino que alberga comunidades indígenas que tienen una cosmovisión muy distinta a la occidental y que consistentemente han rechazado la idea de ser parte del “mundo moderno”. Ahora bien, en la medida que el capitalismo siga expandiéndose, la demanda de los recursos naturales irá en aumento. La Amazonía está en riesgo, y ello es claro no sólo en las agendas políticas de Brasil, sino también de Perú, Ecuador y Colombia. El correlato de todo esto es el creciente número de asesinatos de líderes indígenas y la criminalización de las protestas de sus comunidades.

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Adrián Balseca, Proyecto para retrato familiar (Cuji-Grefa), díptico fotográfico, 36 x 45 cm c/u, Santo Domingo de los Tsáchilas, Ecuador, 2019.

Me gustaría pensar que el conocer y entender la historia del extractivismo en la región puede ayudarnos a resistir y luchar en contra de estas agendas mortales para la Amazonía. Debemos reconocer que Latinoamérica tiene una historia de dependencia extractiva y probablemente sea complejo plantear modelos alternativos de desarrollo. Sin embargo, ya no podemos seguir operando bajo la lógica de entregar la tierra al “mejor postor”. Me interesa que mi trabajo invite al público a tender sus propias narrativas, a partir de brindarle una noción histórica de a dónde han apuntado y apuntan los modelos políticos y económicas del Ecuador y la región.

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Izquierda: Adrián Balseca, Grabador Fantasma, fotograma de pélicula, 16mm color film, 9'25" (bucle). Río Bobonaza, Pastaza, Ecuador, 2019.
Derecha: America's Rubber Trees "Ready to be Tapped," publicidad. Mobilgas, 1943.

FP: Un dossier de imágenes acompaña esta entrevista. ¿Puedes contarnos más acerca de las imágenes que has utilizado y archivos a los que has recurrido para generar este ensayo visual?

AB: La investigación ha ido creciendo con el paso del tiempo, acompañada de un archivo visual de variado origen. El archivo está conformado por publicidades de neumáticos transnacionales de inicios de Siglo XX, fotografías del explorador, fotógrafo y coleccionista venezolano Edgardo González Niño, estampillas de foros agropecuarios, fotografías de órdenes Jesuitas y Salesianas en la selva ecuatoriana, diarios de expedicionarios, películas e ilustraciones botánicas del Siglo XVII, entre otros. De esta forma, he ido ensamblando una historiografía intermitente, sobre la extracción y explotación del caucho en la región y su correlato escenificado en objetos manufacturados. Comenzar a revisar todo este universo de imágenes, se ha vuelto una metodología nuclear a mi trabajo que, de alguna manera, me permite acompañar ordenadamente los procesos creativos detrás de mis proyectos.   

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Adrián Balseca, Incisiones (boceto), impresión inkjet sobre papel de algodón,  45 x 65 cm c/u, 2019.

FP: ¿Continuarás trabajando alrededor del caucho? Cuéntanos sobre el futuro de esta investigación.

AB: Actualmente me encuentro trabajando nuevas estrategias y proyectos, que siguen alimentando el cuerpo de trabajo, relacionado a la historia del caucho y moviendo la investigación a nuevas geografías. Sin duda, me interesa la ampliación de la dimensión geopolítica del material colectado y la posibilidad de entablar conversación con otras historias situadas y territorios, que no se limiten a un país especifico. Sin embargo, las agendas recientemente iniciadas en Ecuador, de minería metálica a cielo abierto, me devuelven la mirada a mi país y hacen que me pregunte tanto por el futuro de mi práctica, como la de estas tierras.

 


Imagen de banner: Adrián Balseca, The Skin of Labour, fotografía B/N, 27 x 36 cm, Ecuador, 2019.

Adrián Balseca (Photo by David Coral)
Adrián Balseca

Adrián Balseca (Quito, 1989) es un artista que estudia las dinámicas extractivitas y sus impactos medioambientales. 

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Florencia Portocarrero (Lima, 1981) escribe, imparte conferencias, enseña y organiza tanto exposiciones como programas públicos.

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