El performance, como un evento efímero que toma forma en un “presente extra-ordinario” que causa una ruptura temporal, tiene una naturaleza política inherente. Sin embargo, dice Sandra Pinardi, ese presente extra-ordinario puede “(migrar) hacia diversos tipos de materialidades que le permiten la persistencia, la permanencia”. Pinardi ofrece varios ejemplos de performance contemporáneos para ilustrar las formas en que este cambio puede afectar su potencia política, poniendo al performance en peligro de perder su carácter de evento y convertirse en un espectáculo.
Leer artículo