Acerca de la obra:Como coleccionista de objetos encontrados, Luis Molina-Pantin se presenta como una suerte de arqueólogo urbano. Organiza, manipula y ordena objetos reales en sus imágenes fotográficas para crear colecciones visuales que tienen una dimensión tanto social y política como estética.
Los objetos cotidianos que Molina-Pantin reúne en colecciones físicas seriadas evidencian algunas de las contradicciones inherentes a la historia de Venezuela. En este caso, estas alcancías, originalmente hechas como regalos para los clientes que abrieran una cuenta, fueron producidas por los bancos venezolanos que quebrarían a mediados de los años noventa. Los logotipos corporativos con frecuencia se combinaban con eslóganes optimistas, tales como: "Ahorro… dulce porvenir" o "Familia que ahorra, familia feliz ". Originalmente pensadas para celebrar la economía y la esperanza hacia el futuro, las alcancías son hoy un recordatorio de la crisis económica que vive el país.
(Fuente:
Catálogo para la exposición Portadores de sentido)