Descripción:
El Parián de Manila, en las Filipinas, era el más importante centro manufacturero y comercial de la corona española en Asia. Bajo la supervisión de funcionarios, religiosos y comerciantes españoles; artesanos filipinos, chinos, japoneses y de otras nacionalidades asiáticas trabajaban en la producción de objetos suntuarios destinados al mercado americano e ibérico. La elaboración de esculturas religiosas en marfil policromado era una de las especialidades más famosas del lugar. Si bien las figuras se adaptan a las convenciones tradicionales del arte cristiano, la fisionomía de los personajes -con rasgos asiáticos- y el tratamiento escultórico de las piezas es más cercano a los cánones orientales. La peana en madera dorada y espejos es de producción novohispana de la misma época.